LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN
A comienzos de 1856,
Charles Lyell aconsejó a Darwin que trabajara en el completo desarrollo de sus
ideas acerca de la evolución de las especies. Darwin emprendió entonces la
redacción de una obra que, aun estando concebida a una escala tres o cuatro
veces superior de la que luego había de ser la del texto efectivamente
publicado, representaba, en su opinión, un mero resumen del material recogido
al respecto.
Pero cuando se
hallaba hacia la mitad del trabajo, sus planes se fueron al traste por un
suceso que precipitó los acontecimientos: en el verano de 1858 recibió un
manuscrito que contenía una breve pero explícita exposición de una teoría de la
evolución por selección natural, que coincidía exactamente con sus propios
puntos de vista. El texto, remitido desde la isla de Ternate, en las Molucas,
era obra de Alfred Russel Wallace, un naturalista que desde 1854 se hallaba en
el archipiélago malayo y que ya en 1856 había enviado a Darwin un artículo
sobre la aparición de especies nuevas con el que se sintió ampliamente
identificado.
En su nuevo trabajo,
Wallace hablaba, como Darwin, de «lucha por la existencia», una idea que,
curiosamente, también le había venido inspirada por la lectura de Malthus.
Darwin puso a Lyell en antecedentes del asunto y le comunicó sus vacilaciones
acerca de cómo proceder respecto a la publicación de sus propias teorías, llegando
a manifestar su intención de destruir sus propios escritos antes que aparecer
como un usurpador de los derechos de Wallace a la prioridad.
El incidente se saldó
de manera salomónica merced a la intervención de Lyell y del botánico Joseph
Dalton Hooker, futuro director de los Kew Gardens creados por su padre y uno de
los principales defensores de las teorías evolucionistas de Darwin, con quien
le unió una estrecha amistad desde 1843. Siguiendo el consejo de ambos, Darwin
resumió su manuscrito, que fue presentado por Lyell y Hooker ante la Linnean
Society el 1 de julio de 1858, junto con el trabajo de Wallace y con un
extracto de una carta remitida por Darwin el 5 de septiembre de 1857 al
botánico estadounidense Asa Gray, en el que constaba un esbozo de su teoría.
Alfred Wallace no
puso nunca en cuestión la corrección del procedimiento; más tarde, en 1887,
manifestó su satisfacción por la manera en que todo se había desarrollado,
aduciendo que él no poseía «el amor por el trabajo, el experimento y el detalle
tan preeminente en Darwin, sin el cual cualquier cosa que yo hubiera podido
escribir no habría convencido nunca a nadie».
EL ORIGEN DE LAS ESPECIES
Tras el episodio,
Darwin se vio obligado a dejar de lado sus vacilaciones por lo que a la
publicidad de sus ideas se refería, y abordó la tarea de reducir la escala de
la obra que tenía entre manos para enviarla cuanto antes a la imprenta; en
«trece meses y diez días de duro trabajo» quedó por fin redactado el libro
Sobre el origen de las especies por medio de la selección natural, o la
preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida, largo título que
es casi la enunciación de su tesis y que suele abreviarse como El origen de las
especies. Los primeros 1.250 ejemplares se vendieron el mismo día de su
aparición, el 24 de noviembre de 1859.
Las implicaciones
teológicas de la obra, que atribuía a la selección natural facultades hasta
entonces reservadas a la divinidad, fueron causa de que inmediatamente empezara
a formarse una enconada oposición, capitaneada por el paleontólogo Richard
Owen, quien veinte años antes había acogido con entusiasmo las colecciones de
fósiles traídas por Darwin de su viaje.
En una memorable
sesión de la British Association for the Advancement of Science que tuvo lugar
en Oxford el 30 de junio de 1860, el obispo Samuel Wilberforce, en calidad de
portavoz del partido de Owen, ridiculizó con brillante elocuencia las tesis evolucionistas,
provocando una contundente réplica por parte del zoólogo Thomas Henry Huxley,
que fue el principal defensor ante la oposición religiosa de las tesis de
Darwin, ganándose el sobrenombre de su bulldog. A la pregunta de Wilberforce
sobre si a Huxley le hubiera sido indiferente saber que su abuelo había sido un
mono, la respuesta inmediata fue, según el testimonio de Lyell: «Estaría en la
misma situación que su señoría».
Darwin se mantuvo
apartado de la intervención directa en la controversia pública hasta 1871,
cuando se publicó su obra El origen del hombre y la selección en relación al
sexo, donde expuso sus argumentos en favor de la tesis de que el hombre había
aparecido sobre la Tierra por medios exclusivamente naturales. Tres años antes
había aparecido su estudio sobre la variación en animales y plantas por los
efectos de la selección artificial, en el que trató de formular una teoría
sobre el origen de la vida en general («pangénesis»), que resultó ser la más
pobre de sus aportaciones a la biología.
En 1872, con La
expresión de las emociones en el hombre y en los animales, obra seminal de lo
que luego sería el estudio moderno del comportamiento, Darwin puso fin a sus
preocupaciones por los problemas teóricos y dedicó los últimos diez años de su
vida a diversas investigaciones en el campo de la botánica. A finales de 1881
comenzó a padecer graves problemas cardíacos, y falleció a consecuencia de un
ataque al corazón el 19 de abril de 1882.
EL EVOLUCIONISMO DE DARWIN
El Darwinismo es un
doctrina formulada por el inglés Charles Darwin, en su obra “El origen de las
Especies, por vía de selección natural” (1859), explica la evolución y el
origen de las especies biológicas.
Darwin supone que los
seres al nacer presentan pequeñas diferencias individuales innatas, que
influyen en su desenvolvimiento, por ejemplo en la lucha por la vida. También
supone que las especies aumentan en proporción geométrica, y los alimentos en
proporción aritmética, que determina la lucha enconada entre 105 distintos
seres, para satisfacer su nutrición. Sobreviven los más aptos, y al reproducirse,
transmiten a su descendencia el carácter seleccionado. En la descendencia se
producen idénticos fenómenos, que son la causa que el carácter o rasgo se
acentúe y de esta manera la especie se modifica y transforma, dando así origen
a otra nueva especie.
Esta teoría derrumba
la concepción religiosa de la creación de la especie humana, dando un enfoque
antropológico a la existencia del hombre.
La doctrina de
Darwin, influye en el pensamiento de César Lombroso, que se manifiesta en la
teoría del “criminal nato”, o del hombre no evolucionado, atávico (llega a
concebir al criminal como un sujeto con rasgos del hombre primitivo).
APORTES DE DARWIN A LOS ESTUDIOS DE CESAR LOMBROSO
César Lombroso nace
en Verona en el año de 1835 y muere en 1909. Estudio medicina en la universidad
dePavia y luego en la de Viena.
En este centro
docente conoce el método experimental que aplicaría a sus investigaciones.
Terminada la licenciatura, ejerce como médico militar en el ejercito del
Piamonte, donde realiza investigaciones sobre el tatuaje de los soldados. Fue
profesor extraordinario en Pavía, director del Manicomio de Pessaro y a partir de1876,
ocupo la cátedra de Medicina Legal de la Universidad de Turín.
Lombroso es influido
por Charles Darwin
y con base en el estudio de un famoso delincuente de su época, cuyo cráneo
presentaba ciertas anormalidades, que fueron comunes en los primeros. Lombroso
llego a una conclusión en la que se que el delincuente es el eslabón perdido
pues en la evolución de la especie, el simio se convierte en hombre, pero queda
un pequeño espacio que es en donde entra el hombre delincuente, este es un ser
que no llego a evolucionar adecuadamente, por lo mismo se quedo en una etapa
intermedia entre el simio y el hombre.
Originalmente
Lombroso no buscaba una teoría crimino−genética, sino un criterio diferencial
entre el enfermo mental y el delincuente, pero al toparse con este descubrimiento,
principia a elaborar lo que llamaría
ANTROPOLOGÍA CRIMINAL
En 1872 publica un
libro que se llama Memoria sobre los Manicomios Criminales, dice que hay
necesidad de que existan manicomios para criminales y la necesidad de que los
locos no estén en las prisiones, si no que entren a instituciones especiales,
pero también hay necesidad de que si los enfermos han cometido alguna conducta
antisocial no se les mande con los demás sicóticos, porque son una amenaza, si
no que existan Manicomios especiales para criminales.
En este mismo año
escribe un libro llamado El Genio y La
Locura, en donde expone que en realidad todos los genios están locos, que el
genio es un anormal , y expone como el Genio a La Locura y de la Locura al
Genio, en realidad no hay más que un paso.
El 15 de abril de
1876 se puede considerar que es la fecha oficial en que nace la Criminología
como ciencia, ya que ese día se publica el Tratado Antropológico Experimental
del Hombre Delincuente aquí el expone su teoría
CÉSAR BECCARIA
En su obra “De los
delitos y de las penas”, critica las leyes imperantes que califica de “heces de
los siglos bárbaros”. Dice: “el verdadero derecho de castigar radica en la
necesidad de defender las (libertades) convenidas, para el sostenimiento de la
comunidad política”.
Combatió la pena de
muerte y sólo la admitió por excepción (anarquía, o seguridad de Estado). Se
opuso a la proscripción, la confiscación, las
penas infamantes, la tortura, el procedimiento inquisitivo. Sostiene que
las leyes penales deben ser redactadas con claridad y las penas equivalentes al mal causado, aplicadas
por autoridades distintas a las que intervinieron en su elaboración.
Afirmó que el robo es
un delito cometido generalmente por la gente pobre y que es mejor prevenirlos
que penarlos. El temor a la pena debe surgir de la misma ley y no del
funcionario encargado de aplicarla. Su obra inspiró serias reformas en las
leyes penales. Catalina II de Rusia en la reforma de la Constitución, María
Teresa de Austria para abolir las torturas, Pedro Leopoldo de Toscana en la
reforma penal de su país, Luis XVI suprimió las torturas. La Revolución
Francesa, acogió sus postulados en la Declaración de los Derechos del Hombre y
en los Códigos Penales de Francia.
La influencia de la
obra de Beccaria produjo cambios en el Derecho Penal, haciéndolo más humano y
compasivo, más individualista y lo dulcificó, suavizando y humanizando las
penas.
En De los delitos y
las penas en cierta manera se exponen ideas que hoy se asocian con frecuencia a
los fundamentos del derecho, pero que en el marco social expuesto arriba
resultaban ser una propuesta de reformas casi revolucionarias. El libro se
publicó, de hecho, en forma muy discreta, aunque su enorme éxito hizo que se
difundiera por toda Europa (la primera edición española data de 1774). Algunas
de estas ideas son:
1.
No
es en ningún caso la voluntad del juez, sino las leyes, lo que puede dictar las
penas.
2.
En
las leyes deben estar fijadas de manera minuciosa y comprensible las normas de
convivencia. Cualquier persona debe poder saber de antemano si sus actos son
constitutivos de delito o no, y cuáles son exactamente las consecuencias de los
mismos.
3.
Las
penas deben ser tan leves y humanas como sea posible mientras sirvan a su
propósito, que no es causar daño, sino impedir al delincuente la comisión de
nuevos delitos y disuadir a los demás ciudadanos de hacerlo. (El ensayo es un
alegato contra las penas de tormento o la pena de muerte, muy comunes por aquel
entonces, que Beccaria considera inútiles y perniciosas).
4.
Lo
que más disuade a los ciudadanos de violar la ley no es la exagerada gravedad
de la pena, sino la inexorabilidad de la justicia. No se debe aplicar castigos
inhumanos, sino aplicar castigos relativamente leves pero con toda seguridad.
5.
La
tortura aplicada al reo para que confiese y/o delate a sus cómplices debe
abolirse, porque beneficia al culpable fuerte y perjudica al inocente débil.
6.
Las
penas deben ser proporcionales a la gravedad de los delitos. Si todas las penas
son igual de rigurosas, el delincuente cometerá siempre el delito mayor.
7.
La
única medida válida de la gravedad de un delito es el grado de daño que causa a
la sociedad.
8.
Las
penas deben ser iguales para todos los ciudadanos, nobles o plebeyos.
9.
El
poder legislativo y el judicial deben estar separados.
10.
La
interpretación de la ley corresponde al legislador, no al juez.
11.
La
pena y el delito deben estar tan próximos en el tiempo como sea posible, para
que aquella cumpla su fin. Deben fijarse plazos mínimos (aunque suficientes)
para la presentación de pruebas, el juicio y la aplicación de la pena.
CONCEPTO DE LOCURA MORAL: ESQUIROL
Los siquiatras
describen un tipo de locura que no presenta ninguna alteración de la
inteligencia, con un único síntoma de un trastorno de la afectividad o de la
voluntad que podría llevar al crimen. Juan esteban Dominique Esquirol describe:
“se trata de impulsos homicidas que a continuación de una afección patológica
aparecen en los sujetos cuya moralidad anterior fue irreprochable”. Parecían
trastornados en algunos puntos al grado de afectar su carácter y su conducta,
como su adaptación al medio; estos sujetos estaban propensos a demostrar una
maldad o malicia muy marcada, una avaricia sórdida, un orgullo desmedido o una
desconfianza inusual. Son por lo general perversos, amorales, desprovistos de
tendencias altruistas, o de la más elemental convivencia que permitan el
desenvolvimiento normal de la sociedad.
James Prichard en su
obra formuló la tesis de locura moral, dice que la locura moral está
constituida por alteraciones no durables de la enfermedad, pero hay individuos
que presentan de manera durable alteraciones afectivas.
Luis Felipe Pinel,
dedico sus estudios a la esquizofrenia y descubrió los principios de la
alucinación, también describió la monomanía homicida; impuso que los enfermos
mentales fueran tratados en lugares especiales ya que ellos físicamente eran
normales, sólo que moralmente estaban enfermos y no tenían poder de
discernimiento, en todo caso no les importaba.
TEORÍA DE LA DEGENERACIÓN MORAL
Bénédict Augustin
Morel (22 de noviembre de 1809 – 30 de marzo de 1873) fue un médico francés
nacido en Viena, Austria. Considerado como uno de los médicos más influyentes
en el campo de la psiquiatría durante el siglo XIX.
Benedicto Augusto
Morel, publica su tratado de la Degeneración de la especie humana (1857).
Analiza al hombre y toma como punto de partida a un Adán primitivo que colocado
en el mundo desde el principio sería la obra maestra de la creación. El degenerado es un desviado de
este tipo normal de la humanidad.
Distingue las causas
de esa desviación enfermiza a:
1) La degeneración
por intoxicación.
2) La degeneración
que resulta del medio social.
3) La degeneración
que resulta de una afección anterior, o por un temperamento enfermizo. El caso
de las taras.
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